Hola
Para Jesús, la oración no consistía sólo en pedir cosas. Cuando Jesús oraba, el hijo amado se comunicaba con su Padre amoroso de un modo muy profundo. Esta comunicación amorosa entre Jesús y su Padre está tan fuera de nuestra experiencia humana normal que, probablemente, nos resulte imposible comprenderla plenamente. Pero podemos vislumbrarlo. Jesús dijo a sus seguidores que él y el Padre son uno (Juan 10:30). Jesús les dijo también que él está en el Padre y el Padre está en él. Bien, esto es lo asombroso, Jesús rezó para que nosotros, sus seguidores, formáramos parte de esta unidad experimentada por el Padre y el Hijo y (esto es lo aún más asombroso) cuando formemos parte de esta unidad -uno con el Padre, uno con el Hijo y uno con los demás- el efecto será que el mundo estará convencido de que Dios envió a Jesús, y de que Dios ama a sus hijos humanos del mismo modo que ama a su hijo.
«Mi oración no es por ellos (los discípulos de Jesús) solo. Ruego también por los que crean en mí a través de su mensaje, para que todos sean uno, Padre, como tú estás en mí y yo en ti. Que ellos también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno; yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a la unidad completa. Entonces el mundo sabrá que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí». (Juan 17:20-23).
Así pues, cuando empezamos a aprender a rezar estamos dando nuestros primeros pasos para unirnos a la relación indescriptible que el Hijo tiene con su Padre. Es muy difícil siquiera empezar a imaginar cómo podría ser la comunicación en esa relación. Así pues, hablemos de algo que, esperemos, podamos empezar a comprender. Hablemos de la comunión (y no me refiero a la comunión que celebramos en nuestros servicios religiosos). Busqué en Google la palabra «comunión» y la primera definición que obtuve fue «compartir o intercambiar pensamientos y sentimientos íntimos, especialmente a nivel mental o espiritual». Es una buena definición de lo que significa «comunión». Cuando amamos a alguien, queremos compartir pensamientos y sentimientos con él. Queremos intimar con ellos. A veces, cuando estamos con alguien a quien queremos y conocemos bien, podemos compartir pensamientos y sentimientos utilizando el tacto, las miradas y los gestos, además de las palabras. Esto es lo que significa estar en comunión con ellos.
La oración, en lo más profundo y mejor, es estar en comunión con Dios. Puede que no implique palabras. Es compartir pensamientos y sentimientos con Dios. Es ser completamente honesto y sincero con Dios. Es intimar con Dios. Es amar a Dios en la práctica.
Que nuestro Padre amoroso nos bendiga y nos guíe mientras nos acercamos a Él.
Pedro O
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